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SOBRE ESTE PEDAZO DE PERSONA

Quecho Muñoz es un actor, cantante y escritor mexicano que asegura que el día que conozca a Dios le agradecerá por los perros, el agua de limón y las bendiciones en su camino. (En ese orden).

 

Disfruta mucho las películas de animación tradicional estadounidense, los parques temáticos y la sección de juguetes del supermercado. Es una rata de gimnasio. (Está bien mamá Dolores, vaya)

 

Es el orgulloso creador de la obra de teatro “12 Princesas en Pugna”, que lleva más de 12 años en la cartelera mexicana y varias producciones internacionales. (Dice que el éxito de esta puesta es la prueba fehaciente de que son las princesas las que rescatan al príncipe).

 Después escribió “Niño Perdido”, la cual también ha protagonizado en sus más de 7 años de temporada (acompañado de extraordinarios actores que lo apapachan mucho en escena).

Emocionado por el recibimiento de su Niño Perdido, y con ánimo de seguir compartiendo su mensaje, se animó a adaptar la obra en una entrañable novela, la cual agotó su primer tiraje. (Quecho no sabe si eso es mucho o poco, pero él ya se siente la mismísima J.K.Rowling).

Se divirtió unos añitos sobre el giratorio del musical ochentero mas famoso de México, en "Mentiras, el Musical", donde trabajó como Director Residente.

Uno de sus más grandes sueños era ser parte del musical “Les Misérables”. Lo pidió con tanta Fe, que las estrellas se lo concedieron. Disfrutó mucho siendo parte de el ensamble, pero poder interpretar de vez en vez a Javert es un recuerdo que le sigue llenando los ojitos de lágrimas.

Cantó y bailó en taparrabos mientras lideraba al ejército Xochimilca contra los españoles (spoiler alert: ganaron estos últimos), en el musical "La Llorona".

Actualmente vive el sueño de interpretar otro de sus personajes más deseados, pues protagoniza el musical "Sweeney Todd" en el Teatro Milán. Donde además de afeitar y matar gente sin piedad, canta muchas de sus canciones favoritas acompañado de un impecable y talentoso elenco.

Estudió una cosa y se dedica a otra.

Sabe que Dios lo ama.

Así, como es. Con virtudes y defectos, con amor y desamor, suave como gaviota.

Y es feliz.

Al menos el 87.3% del tiempo.

Hoy escribe esta reseña de sí mismo en tercera persona para sonar serio,

pero te pide que por favor no te tomes la vida en serio.

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